¿QUÉ ES?
La tuberculosis es una infección persistente causada por una bacteria, que afecta a diversos órganos, pero particularmente los
pulmones. Un feto puede contraer tuberculosis a través de su madre
antes de nacer,
al respirar o tragar líquido amniótico infectado antes o durante su
nacimiento,
o después de nacer, al respirar aire con microgotas infectadas.
CAUSAS:
Entre los humanos se transmite a través del aire, por minúsculas gotas
que contienen los bacilos y que las personas infectadas sin
tratamientos, o que se encuentran en los primeros días de incubación,
eliminan al toser, estornudar o hablar. La transmisión por vía
alimentaria no es frecuente, aunque la leche no pasteurizada puede ser
fuente de contagio ciertas veces.
SÍNTOMAS:
Los síntomas más frecuentes son el cansancio intenso; malestar general;
sudoración abundante, especialmente al caer el día; pérdida de peso, y
sangre en los esputos. También se puede presentar con una tos seca,
persistente, con una temperatura corporal que oscila entre los 37 y
37,5 grados.
DIAGNÓSTICO:
Si se sospecha de una tuberculosis, se envían al
laboratorio muestras de líquido cefalorraquídeo y de líquido de los conductos
respiratorios y del estómago para su cultivo. Una radiografía del tórax suele
mostrar si los pulmones están infectados. Puede ser necesario realizar una biopsia
del hígado, de algún ganglio linfático o de los pulmones y de la membrana que
los rodea para confirmar el diagnóstico.
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